Entre Fantasmas

No sabemos si es una premonición o una confirmación, pero lo cierto es que el título que define la serie de la señorita (o señora) Hewitt dice mucho de lo que acontece en el panorama social y político actual.

Engaños, mentiras, destrucción, crisis, guerras; muchos han sido los visionarios que establecieron el fin del mundo en el año 2000, otros en el 2012, y cuando pase el 2012 y sigamos aquí, surgirán profecías que nos borrarán del universo en, que se yo..., pongamos 2024, por decir algo. Pero ¿quién puede negar que el fin del mundo ya ha llegado? Porque nuestro planeta se muere por nuestra culpa, las guerras, a pesar de que estamos en el siglo XXI se siguen sucediendo y con armas cada vez más letales, los gobiernos tratan de proteger nuestras vidas, si, pero las de quién. Palestina, Irak, Bosnia, Golfo Pérsico; ¿acaso esos civiles inocentes no tenían derecho a vivir? Parece ser que no, porque el capricho de unos pocos poderosos debe prevalecer sobre la vida de unos muchos ciudadanos que se ven destrozados por una causa que ni si quiera entienden y en algunos casos, ni comparten.

Pues bien, los causantes de esto son los fantasmas, pero no los que yo respeto, que son los seres del más allá, y en los que creo, sino los del más acá y en los que NO creo: nuestros banqueros (a quienes detesto más que los políticos) y nuestros políticos, ambos dueños del mundo. Con bastante frecuencia me suelo hacer esta pregunta: ¿en manos de quién estamos?

Stephen King (de quien adoro sus libros pero no sus películas, salvo "Cadena Perpetua" y "La Milla Verde") decía que si alguien quiere hacer algo bien, debe hacerlo el mísmo; pero nuestros mandatarios no nos dejan, no nos permiten ser dueños de nuestro destino; sólo llegamos hasta donde ellos quieren que lleguemos, por eso a veces me siento como Jim Carrey en el Show de Truman, no puedo evitarlo. Igual, tras este nuevo fin del mundo, algo cambia y volvemos a ser seres humanos.

Siempre vuestro
John Mulder