Estas son el tipo de entradas que más detesto escribir, pero quiero rendir un sincero homenaje a Marco Simoncelli, piloto de moto GP que esta madrugada ha perdido la vida en la carrera de dicha categoría. No soy motero, pero sigo el campeonato del mundo de motos desde hace unos cuatro años por televisión; cuatro años en los que, como de tantos otros, he podido ver acciones increíbles y otras reprobables del amigo Marco, y lo he criticado, claro que sí, por ejemplo cuando corría en 250 cc y casi se nos lleva por delante a Héctor Barberá o los rifirafes con Álvaro Bautista. Pero aún así, había algo en la mirada y en los gestos de Simoncelli, que te trasmitían que no era consciente de la gravedad de sus acciones, que aunque lo hacía, no había intención de hacer daño. Siempre ha habido algo de niño en él, algo realmente bueno.
Nunca debería de haber ocurrido esto. Ojalá encuentre la paz.
Un fuerte abrazo para la familia y los amigos de Simoncelli.
Descanse en paz.
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